Después de solo haber empezado este postgrado de Experto Universitario en Altas Capacidades y Desarrollo del Talento, he de reconocer que mi visión del tema ha dado un giro de 180º. Antes de empezar, mi definición de AC se hubiera limitado a la clásica de que es “algo real”, que equivale a un alto CI y factor general (g), y que es para siempre; en resumen, los tres mitos que debemos evitar.

He de reconocer que nunca me había documentado suficientemente sobre este tema, y por lo que he empezado a ver, se ha producido una verdadera revolución desde el cambio de milenio. Explorar la AC desde diferentes perspectivas, no solo la psicométrica tradicional, ahora me parece fundamental, y parece ser que en el modelo tripartido de Pfeiffer tienen cabida sino todas, la mayoría de teorías sobre la AC que existen en la actualidad.

NotiAACC1

Una de las preguntas del test inicial que me sorprendió, fue la de si me consideraba una persona de AC, a la que no respondí. Reflexionando sobre las nuevas teorías sobre la AC, tal vez ahora podría dar respuesta a esa pregunta, por ejemplo por el mero hecho de haber sido propuesto para el premio extraordinario de bachillerato a finales de los 80’s, al haber obtenido la segunda mejor media de mi instituto; lo que se correspondería a un alto rendimiento o desempeño sobresaliente, más teniendo en cuenta que en aquella época la gente que cursábamos el BUP y COU éramos una minoría.

Aunque mi propio rendimiento académico fuera alto, no era sobresaliente en todas la materias, ya que si lo era en las de ciencias, pero no en la de la mayoría de las de letras; lo que también entroncaría con las nuevas teorías de diferentes altas capacidades y no un factor general (g) o un CI, al que nunca fui sometido. Además, tal vez podría hablar de una doble excepcionalidad, ya que aunque nunca he sido diagnosticado, cumplo con los requisitos de ser disléxico, y posiblemente hiperactivo, cosa que tal vez también podría explicar mi menor rendimiento en las materias de letras, o incluso mi bilingüismo.

Continuando con mi auto-reflexión, me vienen a la cabeza hechos como el que mi madre me enseñara a leer y escribir con solo cuatro añitos, o que en quinto de la EGB estuviera sentado siempre en la primer fila, donde nos sentaban en función de nuestras calificaciones, que aprendiera a programar en BASIC en la optativa de Informática de BUP, escogida gracias a un anuncio que vi la academia de mecanografía,  con un Sinclair ZX81 y un Sinclair ZX Spectrum de 48 KB, que compré con las 50.000 pesetas de mi primer sueldo en unos meses de verano en el restaurante donde trabajaba mi padre.

También el hecho de haber terminado la Licenciatura de Informática en la Universitat de les Illes Balears, posteriormente también homologada como Ingeniería, de la que acabamos solo una treintena de los más de trescientos que la empezamos, compaginándola con el trabajo, por ejemplo liderando equipos como Jefe de Servicio de Informática de la Empresa Municipal de Transports Urbans de Palma, después con nuestra propia academia Centre d’Estudis Informàtics de Balears, posteriormente como Director de Informática de Sa Nostra de Inversiones E.F.C. y Sa Nostra de Renting, del Grupo Sa Nostra – BMN (en la actualidad Bankia – La Caixa), y actualmente como Coordinador y Profesor de TIC en el IES Guillem Sagrera, curiosamente el instituto donde aprendí a programar.

Además, leyendo el artículo de Javier Tourón: ¿Cómo son los niños de alta capacidad? Un perfil aproximado, debo reconocer que me siento identificado, sino con todas, con la mayoría de las 21 características comunes de los niños más capaces. Para sorpresa mía, resulta que seguramente debería haber sido catalogado como una persona de altas capacidades.

Pero, si así hubiera sido, también me queda muy claro que las AACC no son para siempre y que se deben seguir cultivando durante toda la vida. Últimamente, he dejado algunas de mis actividades que nunca antes hubiera abandonado, como el intento de continuar con el C1 de inglés en la EOI, o el hecho de no haberme vuelto a presentar a las oposiciones docentes, después de suspender la primera de Informática y las tres siguientes de Tecnología. Ya no me veo capaz de superar el sistema actual de exámenes, sin posibilidad de utilizar ningún sistema informático.

En conclusión, ahora no puedo concebir una definición única ni universal de las AACC, sino que son tal vez la suma de todo un rango de capacidades, que todos y cada uno de nosotros tenemos; y que de alguna manera sobresalimos en una o varias de ellas, teniendo en cuenta sobre todo que el hecho de que sobresalir supone estar un 10% por encima de la media. La famosas frases “soy muy bueno en …” o “no se me dan bien …” no son otra cosa que un reflejo de esas capacidades, o la falta de ellas.

Tal vez esta definición de la AC pueda parecer simplista, pero se ha confeccionado siguiendo la máxima de que lo bueno, si breve, dos veces bueno. En las clases virtuales el profesor Roberto Ranz nos ha insistido en que la definición no solo debería incluir las AACC, sino también el Desarrollo del Talento que completa el nombre del curso. En este sentido, el modelo evolutivo de Subotnik podría completar la definición de la AC asociándola a la manifestación del alto rendimiento, sin perder de vista su carácter multidimensional, que se va desarrollando con el tiempo y siempre condicionado por el entorno educativo, en su sentido más amplio. En esta sentido no querría dejar de mencionar el modelo de Ericsson donde se postula que son necesarias al menos 10.000 horas de práctica deliberada para conseguir un desempeño experto.

Continuando con la reflexión sobre mi propia experiencia, haciendo un cálculo por encima de las horas invertidas en la Diplomatura/Licenciatura/Ingeniería en Informática de Gestión, deben estar muy cerca de esas 10.000 horas. Además entiendo que, por práctica deliberada también se deberían contabilizar mis más de 25 años trabajando como Responsable de Informática en diferentes empresas, y mis últimos 6 años como docente de módulos de Ciclos Formativos y de diferentes materias de Secundaria y Bachillerato, siempre estrechamente ligadas con la Informática y la Tecnología. Solo en estos últimos años, he acumulado más de 1.500 horas en formación continua, y aun así, me debo y deberé seguir formando para mantener mis conocimientos actualizados, por lo que esas 10.000 se me antojan escasas, cosa que refuerza ese sentido evolutivo, y de su necesario cultivo en el tiempo, de los talentos que postula Subotnik.

En este ámbito educativo, con la LOMLOE, la enésima reforma educativa española, parece que por fin centrará su modelo en el aprendizaje del alumnado, de una forma transversal e individualizada, que debería permitir el desarrollo de las capacidades, más o menos altas, de cada uno de los individuos. Si bién es cierto que la atención a la diversidad bién aplicada, no solo teniendo en cuenta el alumnado con dificultades, también deberia atender a los más capacitados, parece que ahora estamos ante una oportunidad histórica para poder realizar un correcto análisis de sus posibles AACC.

Finalmente, querría desde aquí dar las gracias nuevamente a la asociación ABSAC Mallorca, ya que gracias a su beca, nos ha brindado la posibilidad de asistir a esta formación: